miércoles, junio 30, 2004

principios, finales y los espacios entre los dientes

Recuerdo un día que hablaba con un amigo acerca de los eventos, sus principios y finales. “A mi me gustan los atardeceres” decía mi interlocutor, “es interesante ver como es el drama del final del día”, nos moriremos maquillados, pues.

Personalmente, tengo conciencia de mi aversión a los atardeceres desde los 5 años o menos: recuerdo como iba a bordo de un automóvil que se movía dentro de un túnel oscuro; yo observaba las luces del túnel, abruptamente el automóvil sale del túnel y veo entre muchos eucaliptos al sol “acostándose a dormir” podía ver la gran cabezota con un cuerpo de polígonos multicolores y un gorro de dormir caricaturesco usando de cama al horizonte y despidiéndose de mi con la sonrisa de pasta de dientes que realmente los hacia brillar: brillo + niño que comió en la calle, agite en un vehiculo en movimiento, me ahorro el regurgitante final.

Prefiero los principios, siempre es refrescante ver el principio de algo: una mala película, un libro viejo sin la última pagina, un abrazo, un cuaderno con puras rayas que quieren que escribas sobre ellas, de un la 440 que nunca podrás afinar. Nuevo, es el concepto, es la novedad, son las posibilidades; miles de boletos y solo uno ganador, aun así, ahí esta la posibilidad. Por supuesto un principio siempre implica muchos otros principios que jamás podrán ser, entonces, si, desde antes estaba perdido.

Por supuesto, los principios y los finales, se comen la cola uno a otro, digo, suena grotesco, pero la eternidad esta por todas partes, recordándote lo desechable y eterno que eres, brats you spawned to replace yourself. El símbolo esta en todo el mundo en todas las eras: los indígenas de México, ometeotl (dos serpientes mordiéndose sus posteriores mutuamente), la lemniscata de Bernoulli ∞, el ahora tan plurivalente ying yang y gansito marinela “recuerdame”.

Es verdad, estas respirando el aire que probablemente respiro Isaac Newton, el refresco que te tomas podría ser agua que en algún momento orinaste, la electricidad de tu cerebro puede ser la misma que encendió el primer foco, el cáncer que te esta carcomiendo el hueso puede ser el pecado original, y si, esas pastillas ya estaban caducas.

Principios, finales, ciclos y el equilibrio que finalmente va a venir asesinándonos, tal cual nos creó un universo y nos hizo a nosotros. Vuelvo de nuevo a esa tarde de mi niñez, el Sol se oculta y mi madre me recuerda “¡¿ya hiciste la tarea!?”.

 

Finales o principios, será hasta entonces.