martes, mayo 17, 2005

alerta



Respire, hoy es uno de esos días que luego no van a existir.
Exhale, olvídese de los recuerdos que no son suyos.

Respire hondo, hoy es uno de esos días donde falta el aire.
Exhale, vea si lo que está enfrente se empaña.

Profundo, respire, hoy es uno de esos días donde uno no quiere abrir los ojos.
Exhale, cerciórese de que lo que teme existe.

Respire, déle un abrazo al monóxido de carbono.
Exhale, lo que no lo mata si lo envenena.

Respire, convénzase, está vivo.
Exhale, observe lo que flota en su aliento.

Respire, si todo falla, siquiera hágalo por costumbre.

domingo, mayo 01, 2005

inducir una flor

Y bien, era ya tarde y todos tenían sueño. Eran un grupo extraño esos tres. Uno en un columpio y dos sentados tocando la guitarra. Judas veía: primero suelo, luego ellos, luego cielo. Tocaban aquella canción que nunca fue tan popular pero que todos de alguna manera reconocían. Chad marcaba el compás con los dedos sobre las cuerdas y Paz lanzaba notas al aire como flechas que cortaban el aire suavemente.

La noche no parecía un evento de este lado de la realidad. Era el sueño, era la música, era el frío, era el ambiente; era que hilos invisibles que mantenían todo unido entre sí pronto reventarían.

Nadie lo veía, cada exhalación era sutilmente de un color diferente del arcoiris. Nadie lo sintió, todo el universo se reorientó formando nuevas constelaciones por un momento. Nadie se percató, pero las lluvias se tomaron un respiro y hubo gotas estáticas flotando por donde sea.

Una noche que finalmente sería olvidada. Pero como la canción que se escuchaba, todos de una manera u otra recordaban.