viernes, octubre 19, 2007

abord du train

Anécdota de mi querida Aileen, quien como todos sabemos se va a ir al infierno, al infierno de la gente delgada y bonita.

Viajábamos en tren de París a Bruselas disfrutando de los mimos de la primera clase. Ya había pasado algo de tiempo, era hora de que pasara el carrito de la comida, y pasó. Pedimos muchas cosas, sandwiches y refrescos entre otras cosas, nada relevante, pero bien importante, era gratis, era abundante.

Voltee a ver a una chica que viajaba en la otra hilera de asientos, rubia, quizás mas delgada de lo que uno consideraría saludable. La chica pidió una coca cola light, y la encargada del carrito, al no tener a la mano una le facilitó una regular. La chica estremeció en una expresión de sorpresa y terror, no, no, ¡LIGHT! La encargada del carrito salió presurosa a otro carro a conseguir la bebida.

La chica, temblando, al parecer cercana al ataque de pánico saca su bolsa, y escarba, profundo, extrae una cajita de tic-tacs y coloca dos pastillitas sobre su mano temblorosa luego los pone sobre su mesita, como disponiendo el manjar a ser degustado. La azafata llega con su lata de bebida dietética y se la entrega. La chica finalmente disfruta su comida en una actitud cada vez menos psicótica.

Aileen cuenta esta historia como una de heroismo, motivación y deliciosa patología mental.

1 comentario:

Anónimo dijo...

manifiestate!!! quiero saber si sobreviviste ajjajaja