domingo, septiembre 26, 2004

I was once a wooden boy

Llega un anciano a las puertas del paraíso.

- Dime tu nombre hijo mío.
- No lo recuerdo, lo siento.
- No te preocupes, traeré al altísimo, pues el conoce a todas las ovejas de su rebaño.

Aparece una luz cegadora y tras de ella quien esperan. Este le habla al anciano.

- Hijo mío, dime tu nombre.
- Mi señor, no lo recuerdo.
- Descuida, pero dime ¿qué es lo que recuerdas?
- Recuerdo que mi oficio era carpintero y que tuve un hijo producto de un milagro
- Pa.. paa ¿padre?
- Pi.. pi.. ¿Pinocho?

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